
He leído algo sobre Puigdemont y el Kurdistán en las redes sociales de varias personas durante los últimos días (en relación con una pregunta que le hizo Évole) y prefiero no entrar a polemizar en sus redes. Aunque se ha aclarado desde multitud de medios, lo aclaro yo en las mías y «me quedo más tranquilo».
Puigdemont es del PDeCAT, antiguamente Convergència, que formaba parte de CiU. No es ninguna novedad, todo el mundo lo sabe. No sé si a alguien se le ha ocurrido que Puigdemont o su partido se ha vuelto internacionalista por el hecho de defender la autodeterminación de todos los pueblos. Adivino que no, aunque en base a esos comentarios, me ha llegado a parecer que sí.
Extraigo la información principalmente del blog KurdisCat… El jueves 10 de julio de 2014, Iniciativa per Catalunya Verds-EUiA presentó en el Parlament una propuesta de apoyo a la autodeterminación de Sáhara, Kurdistán y Palestina. Dicha moción incluía acciones de boicot activo por parte de la Generalitat a empresas y universidades de Israel.
Convergència i Unió propuso una transacción pidiendo que se reconociera el derecho de autodeterminación de todas las naciones sin estado, por ejemplo el Tibet, Baluchistán, Cabinda o Escocia, que no fue aprobada.
Nada fue aprobado. No hubo acuerdo suficiente en el Parlament, hasta el punto de repetirse hasta tres veces la votación con empate.
CiU votó que no a una moción que no defendía el derecho de autodeterminación de todos los pueblos explícitamente y que sí incluía un boicot a Israel, exactamente lo mismo que votaría el PDeCAT mañana o la semana que viene. No son incongruentes, son de derechas.
Por cierto, a la derecha se le puede ganar en las urnas en Catalunya y sacar adelante propuestas como esas a nivel de Estado, a nivel de República Catalana. Bastante más importante como apoyo a la causa que sacarlo adelante como autonomía y, sobre todo, que no suena a ciencia ficción, como suena intentar algo así en España.